Diplomatura: Psicoterapia en Servicios de Salud

República Oriental del Uruguay - Universidad de la República, Facultad de Medicina, Escuela de Graduados. Formación desde la generación 2010: curricular (Ciclo Básico, 1 año) para los estudiantes de las especialidades de Psiquiatría de Adultos e Infantil. Optativa (Ciclo Específico, 2 años más). Modalidad de postgrado (los dos Ciclos, 3 años) para Psicólogos con menos de cinco años de egresados.

10 oct. 2007

CARTA DEL DIRECTOR EJECUTIVO DE LA DIPLOMATURA AL DIRECTOR DE LA ESCUELA DE GRADUADOS

Montevideo, agosto de 2007

Sr. Director de la Escuela de Graduados de la Fac. de Medicina
Prof. Dr. Ángel Ginés
Estimado colega:

Cúmpleme informarle sobre la situación actual de la Diplomatura en Psicoterapia en los Servicios de Salud (en formación) pero posteriormente deseo comunicarle una gran preocupación con respecto al futuro de dicho emprendimiento.
Plantearé primero y de modo muy sucinto, algunos objetivos fundamentales de la Diplomatura:
1. Dar una formación mínima sobre psicoterapia a los alumnos de ambas cátedras psiquiátricas para que conozcan mejor una de las tres herramientas básicas del bagaje terapéutico en psiquiatría y saber así de sus alcances, objetivos e indicaciones. Esto se obtiene durante el ciclo básico inicial de la diplomatura y aquellos alumnos de psiquiatría que lo desean pueden completar su formación como psicoterapeutas en el ciclo específico que continúa al básico.
2. Ofrecer una formación psicoterapéutica aplicada a los servicios de salud, lo que implica una especificidad de suma importancia que no es contemplada en las escuelas privadas de enseñanza de psicoterapia.
3. Cohesionar - a través de su formación conjunta - la actuación de médicos y psicólogos en los servicios de salud, sabiendo que ambos tienen, además de un campo común, campos específicos para cubrir la acción diagnóstica y terapéutica de forma más integral y armónica.
4. Promover, a través de los estudiantes y egresados, la incorporación de las técnicas psicoterapéuticas a todo el Sistema de Salud.
5. Intercomunicar permanentemente las cuatro cátedras de Salud Mental de la Facultad de Medicina a través de su representación en la Diplomatura, en un tipo de vínculo no existente anteriormente. Esta reunión regular de las cátedras podría ser aprovechada (de hecho lo ha sido) para muchos otros planteos de coordinación de los Servicios más allá de la Diplomatura.
6. Crear un espacio de intercambio entre distintas corrientes psicoterápicas. Este es un punto de notable importancia para el futuro de la práctica y la investigación en psicoterapia. Con ese intercambio se abre la posibilidad de que estas diversas corrientes pasen a integrarse en las mentes de los futuros psicoterapeutas así como de los futuros docentes (y quizás también de los actuales) y que esto se logre no sólo a través de discursos académicos sino en el crisol del proceso mismo del aprendizaje teórico y clínico. Esto constituye un notable avance científico en comparación con las interminables luchas y rivalidades (científicas y otras) entre corrientes psicoterapéuticas, luchas que, en buena medida, aún subsisten. Los movimientos integradores están tímidamente apareciendo a iniciativa privada en diversas partes del mundo pero que esta empresa se la proponga la Universidad de la República y reúna para ello a representantes de sólida formación de las distintas líneas en una tarea docente con perfil, no sólo profesional, sino también académico y social como es la Diplomatura parece ser un comienzo serio y auspicioso.

Todos estos objetivos ya han comenzado a cumplirse en estos casi cuatro años de puesta en práctica de la Diplomatura, conllevando todas las dificultades, marchas y contramarchas de cualquier emprendimiento humano, en especial cuando reúne a muchas personas y todo se está realizando en el marco de la buena voluntad de quienes han comprendido que la propuesta de la empresa lo merece.
Además debo subrayar en este punto mi asombro por el entusiasmo, la dedicación y la creatividad que han mostrado, tanto docentes como estudiantes, para llevar adelante esta empresa (cosa que puedo apreciar directamente en las reuniones del Comité de organización), más allá de los roces y discusiones que nunca se han referido a cuestiones esenciales sino a aspectos puramente organizativos.
Ver trabajar codo con codo distintas orientaciones psicoterapéuticas con elevado respeto por las diversas posiciones científicas y con el deseo de encontrar campos comunes de acción, me hace pensar que el tema ya estaba maduro y bastó sentarse juntos en mesa redonda para que el “milagro” se produjera.
Ahora sólo agregaré algunas cifras que ayudarán a comprender mejor el esfuerzo de este numeroso grupo humano que está integrando la Diplomatura:

· Alumnos: ingreso inicial (4 años): 187 (promedio: 47 por año)
población actual: 129
deserción: 30%

Debemos tener en cuenta que la mitad de la deserción se cumple en el primer año, probablemente por una inscripción que luego no puede cumplirse. Un factor importante de deserción puede ser también la inseguridad actual sobre el valor del curso que aún no es diploma.

· Docentes:
cognitivo conductual 8
familiar sistémica 11
psicología médica 6
psicoanálisis 9
psicodrama 8
Total 42

Me estoy refiriendo sólo a los docentes de los cursos teóricos o de las prácticas supervisadas en horarios preestablecidos y controlados, y no están considerados los numerosos docentes de los Servicios de Facultad que atienden diariamente, dentro de sus funciones habituales, a los alumnos de la Diplomatura. El total aproximado de horas honorarias dictadas con control de asistencia por estos 42 docentes en los tres y medio años de la experiencia es de 945.

· Comité de organización: 14

Está formado por los coordinadores de las cinco orientaciones de psicoterapia, los representantes de las cuatro cátedras, los delegados de cada generación de estudiantes y el director ejecutivo. Se reúne los segundos miércoles de los meses del año lectivo.

· Dirección general: 6

Está integrada por los Directores de las cuatro cátedras de Salud Mental de la Facultad de Medicina (o sus delegados), un Director Asesor y un Director Ejecutivo. Se reúne los primeros viernes de los meses del año lectivo.

Y, con respecto a la gran preocupación que mencioné al comienzo de esta nota, debo decirle que ya numerosos docentes me han trasmitido su intención de abandonar su tarea en vista que no han obtenido ningún reconocimiento de las autoridades por el enorme esfuerzo y dedicación aplicados a esta empresa.
Yo creo que las autoridades a las que se refiere ese pedido no son ni el Director ejecutivo ni el Director asesor ni la Dirección General de la Diplomatura en su conjunto, pues todos ellos siempre han reconocido dicho esfuerzo, así como tampoco se trata de la Escuela de Graduados que ha sido una eficaz impulsora del proyecto.
Se refiere, en primer lugar, al reconocimiento de la Facultad de Medicina a través de su Consejo Directivo. Pienso que, luego de tantos años de esfuerzos docentes honorarios no reconocidos, no podemos simplemente ofrecer una carta de agradecimiento o una constancia del cumplimiento de la función (cosa que ya se ha hecho) sino que el Consejo debería ir más allá y plantear el nombramiento de dichos docentes como colaboradores especializados honorarios hasta que se resuelva el llenado de los cargos por los habituales llamados a concurso, tal como se ha hecho en otras oportunidades especialmente en la inauguración de nuevos programas docentes, como es el caso.
Ninguno de los docentes pretende remuneración alguna en estos momentos pero es justo que, en el caso que sean llamados los cargos o para muchas otras ocasiones, puedan exhibir como mérito su presente actuación. Pues, ¿qué méritos pueden exhibir de acciones no suficientemente reconocidas?
Se refiere, en segundo lugar, a la continuación del trámite para la obtención formal de la categoría de Diplomatura a través del Consejo Directivo Central de la UDELAR. Este trámite, al que sólo le quedan dos pasos (el pasaje por la Comisión de Postgrados y la aprobación final por el CDC), fue detenido largo tiempo por obstáculos formales. Estos obstáculos ya han sido ampliamente superados y en este momento no hay nada que impida la continuación del trámite, el cual había quedado retenido en el Consejo de la Facultad pero, afortunadamente, ya está nuevamente en la Escuela de Graduados.
Esta formalización de la Diplomatura es esencial para validar todos los esfuerzos realizados tanto por los estudiantes como por los docentes y los organizadores. Por ese motivo consideramos que este año (el cuarto de funcionamiento del programa y a cuyo final se supone que egresarán los primeros diplomados) estén terminados todos los trámites, lo que constituirá un gran suspiro de alivio de todos los que participamos en esta empresa.
En el supuesto caso que esto no ocurriera, el peligro de la desaparición es evidente, cosa posible pues hemos visto destruirse muchos valiosos emprendimientos por un exceso de burocratismo. No podemos olvidar que si bien somos muchos que bregamos porque salga adelante, otros tantos preferirían que desapareciera y a muchos más les es totalmente indiferente.
A la espera que este informe sea útil para llevar a cabo los extremos solicitados a través de los trámites que Ud. pueda realizar, lo saluda muy atte.

Alberto Weigle
Director ejecutivo